miércoles, 8 de junio de 2011

Uruguay. El caso de una estancia tradicional del siglo XIX


La estancia de la Virgen de los Desamparados (principios del siglo XIX)
 “No había ninguna arboleda cerca de la casa, ni siquiera un solo árbol de sombra o planta cultivada; había, en cambio, algunos grandes corrales para el ganado, del cual tenían seis o siete mil cabezas. (…)  Tenían habitación en la casa una mujer - una vieja negra y canosa, horriblemente fea, de unos setenta años de edad -  y unos dieciocho o veinte individuos de diversas edades (…). Había un capataz y siete u ocho peones, siendo los demás todos agregados, o hablando claro, un tropel de vagabundos que se apegan a esta clase de establecimientos como perros errantes atraídos por la abundante carne, y que, de tarde en tarde, ayudan a los peones en sus tareas. La carne consumida y la que se desperdiciaba era algo atroz. Después del almuerzo se tiraban con frecuencia hasta diez o quince kilogramos de carne cocida y asada (…)
Pasados varios días, empezó a cansarme la comida exclusivamente de carne, pues ni una galleta era "asequible en esta altura (…) se me ocurrió que con tantas vacas se podría conseguir leche e introducir un poco de variedad en nuestra comida. (…) la negra (…) Declaró que desde la visita del dueño y su joven esposa a la estancia hacia doce años nunca, a su saber, desde aquella fecha, se había ordeñado una vaca en La Virgen de los Desamparados.”
Fragmento de la novela “La tierra purpúra” 1885 de Guillermo E. Hudson, 










"La Yerra" Polière

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